Los alumnos del Colegio del Puy Jorge Valencia y Nerea Izcue son noticia estos días por obtener excelentes resultados en la selectividad, actual EvAU, de este curso 2016 / 2017.
Con sendas notas de 13,533 y 13,021, Jorge ha escogido la carrera de Ingeniería Industrial con el programa internacional de la Universidad Pública de Navarra, y Nerea estudiará Matemáticas en la Universidad Politécnica de Barcelona.
Ante la pregunta de cuál ha sido la clave del éxito académico en un año tan complicado como es 2º de bachiller, ambos responden que la constancia y la organización del tiempo han sido fundamentales: “la autoexigencia para poder mantener el nivel de cursos anteriores exige mucho más trabajo diario pero lo que realmente me ha ayudado por encima de todo lo demás es tratar de sacar el mayor partido posible a las clases”, explica Jorge.
Nerea afirma estar muy satisfecha porque para ella este ha sido el único año que se ha propuesto llevar todo al día y ha conseguido cumplirlo: “estoy relativamente sorprendida por el resultado final, quizás no esperaba que fuera tan bueno, pero desde luego he de reconocer que para estar a este nivel hay que estudiar día a día y ser muy organizada.”
Al preguntarles si se consideran el prototipo de “empollón” que apenas sale de casa y no hace otra cosa más que estudiar, Nerea explica que para ella el deporte es esencial y que este año no ha dejado de ir ni a uno solo de sus entrenamientos: “precisamente mi pasión por el deporte es lo que me ha hecho organizar mucho más las horas de estudio. De ese modo, podía disfrutar entrenando con mi hermano, con quien comparto la pasión por el deporte, y tener también la satisfacción de dar el máximo en los estudios”.
Jorge, por otro lado, está estudiando dos grados medios de música, piano y trombón, además de que también es un gran aficionado al deporte: “juego al baloncesto con los amigos para mantener la forma física y además soy miembro de la banda de música de Tierra Estella. Procuro sacar tiempo para todo: estudios, deporte y amigos”.
Ambos esperan grandes cosas para el año que viene: conocer gente diferente, abrir nuevos horizontes, un importante cambio de aires y, por encima de todo, están deseando traspasar esa delgada línea que separa la adolescencia del mundo adulto. Ninguno de ellos tiene miedo a trabajar en el extranjero, y están abiertos a cualquier oferta que les sirva para mejorar y conseguir hacer aquello que les apasione. Pero los dos quisieran poder tener la posibilidad de regresar a casa en el futuro pudiendo trabajar en aquello que han elegido. Jorge se ve trabajando de ingeniero, “en cualquier sector que me suponga un reto”; y Nerea sueña con seguir vinculada lo máximo posible al atletismo y también con trabajar “en ámbitos relacionados con las matemáticas. No descarto la docencia” (riéndose).
Al preguntarles por la selectividad de este año, ambos coinciden en que si uno prepara un horario de estudio y, sobre todo, de repaso, y lo cumple, no tiene tiempo siquiera de ponerse nervioso. Al principio, quizás se pasa un poco peor, pero en cuanto haces el primer examen, los nervios desaparecen.
Para los futuros estudiantes de 2º de bachiller, Jorge les recomendaría dos cosas. “Primero, no estudiar las horas previas a los exámenes para no saturar la cabeza y confiar en que lo que uno ya sabe será más que suficiente. Y segundo, esos apuntes mañaneros que la gente acostumbra a llevar en la mano justo antes del examen, yo, personalmente, los dejaría en casa. Solo sirven para ponerse más nervioso”.
Para Nerea, es fundamental tratar de descansar bien para que durante los exámenes esté uno despejado y despierto. “También es importante tener límites y objetivos razonables. No exigirse nunca algo a lo que no puedes llegar”.
Ante la pregunta de cómo se habrían sentido si hubieran “pinchado” en la selectividad, Nerea afirma: “siempre hay que tener un plan B. Por supuesto, he tenido muy presente que esa posibilidad estaba ahí. Creo que me habría adaptado y no me habría hundido pero si puedo aspirar a tener buenos resultados, ¿por qué no hacerlo?”. Jorge también ha considerado la posibilidad de fracasar: “me habría fastidiado, porque sé que lo puedo hacer bien y lo he preparado. Al haberlo intentado al máximo, por supuesto me habría sentido decepcionado. En mi caso, ha sido más amor propio que necesidad. ¿Por qué conformarse con lo mínimo pudiendo conseguir lo máximo?”.
No puede faltar la pregunta de qué ha significado para ellos el Colegio del Puy durante todos estos años. Nerea comenta: “me quedo con la familia que hemos creado. Nos conocemos todos y nunca perderé la relación que he forjado tanto con compañeros como con profesores”. Jorge observa que “en el Puy tienes un nombre propio y se preocupan por ti, te conocen. Si no haces lo suficiente o no te encuentras bien por algo, siempre hay profesores que lo notan y están dispuestos a echarte una mano”.
No podemos cerrar esta entrevista sin que estos jóvenes estudiantes nos den la clave de su éxito. Nerea observa que la constancia y el trabajo duro es sin duda muy importante. “Pero la familia es fundamental. Mi padre siempre me ha inculcado que los estudios serán lo que decidan mi futuro y en casa, tanto mis hermanos como yo, lo hemos tenido muy presente. Me gusta que mis amigos y la gente que tengo a mi alrededor sean exigentes con ellos mismos y conmigo. Y no solo en lo académico sino en todos los ámbitos de la vida”.
Jorge coincide con Nerea en que la familia es fundamental. “Mis padres siempre han sabido animarme y “pincharme” para que no deje nunca de trabajar. De ellos he aprendido a hacer las cosas a tiempo y no dejar nada para mañana. Yo creo que es fundamental que los padres hagan un pequeño seguimiento de nuestra vida académica. En el momento los llamamos pesados pero luego agradecemos que hayan estado siempre ahí”.
Agradecemos a estos dos excelentes estudiantes que hayan compartido con nosotros su éxito y les deseamos todo lo mejor para su futuro. Un futuro que auguramos repleto de grandes hazañas y, sobre todo, felicidad. Desde luego, los cimientos para poder conseguirlo están perfectamente asentados.