Camila Alarcón, Daniela Gómez, Rosina Mendía e Isabel Comas
Las cuatro alumnas encargadas de este reportaje pertenecemos a un club de lectura en el que recientemente hemos leído la novela titulada El diario de Adrian Mole. En esta fantástica historia, un joven de 13 años y medio participa en un grupo escolar que realiza labores sociales.
A él le asignan acudir regularmente a casa de un anciano que necesita ayuda para realizar sus labores cotidianas del hogar: cortar el césped, fregar los platos, cuidar a su perro, limpiar… En la novela, el anciano y el niño terminan siendo, más que buenos amigos, se puede decir que familia.
Así es como surgió la idea para este proyecto cuyo tema central ha de ser la Tercera Edad. Desde el colegio nos pusimos en contacto con Servicios Sociales, concretamente con el Servicio de Atención en Domicilio, puesto que ellos ayudan a numerosos ancianos, bien porque pasan muchas horas solos o porque sus familias no pueden ocuparse completamente de ellos.
Actualmente, el Servicio de Atención en Domicilio que tiene su base en Estella, se encarga de cubrir los ayuntamientos de Morentin, Aberin, Muniáin y, por supuesto, Estella.
Seis son las personas encargadas de esta labor social: una trabajadora social que se encarga de analizar cada caso que llega nuevo al Ayuntamiento; y cinco trabajadoras familiares, que son quienes atienden en sus hogares a los ancianos y ayudan en cada una de las necesidades concretas que pueden presentar: aseo, limpieza, paseo…
A nuestra duda de si la crisis económica ha podido mermar la importante labor que realizan, sorprendentemente nos contestan que puesto que a cada persona se le establece una tasa dependiendo de sus capacidades económicas y su situación familiar, «…nadie se queda sin atender. El trabajo se realiza igual. Lo que se paga no puede ser lo mismo para todas las personas y todos quedan atendidos.»
Desde Servicios Sociales, no solo nos animaron a colaborar, sino que nos facilitaron enormemente el trabajo y nos ayudaron en todo lo necesario. Después de mucho debatir cómo íbamos a enfocar el proyecto, se nos asignó una anciana, Silvia, a quien realizaríamos una entrevista; y dos ancianas, Teresa y Felipa. A la primera, le enseñaríamos a utilizar Instagram desde su ordenador de casa; y a Felipa, la acompañaríamos a dar un paseo durante un mes, un día de cada semana.
ENTREVISTA CON SILVIA
Silvia es una mujer de 85 años cuya vida no ha sido nada fácil. Desde los 4 añitos de edad fue marcada por las circunstancias. La guerra y las rencillas políticas provocaron que su padre fuera fusilado y que su hermano de 17 años también fuera asesinado dos meses después: “Guerra oigáis pero no la conozcáis. Sin tener motivos mataban a la gente, por envidias o por ideales. Amenazaron a mi familia con matar a mi padre si mi hermano se alistaba voluntario. Mi hermano le dijo a mi madre que mejor era que le mataran a él que a nuestro padre, que hacía más falta. Pero al final mataron a mi padre y un mes después trajeron el cuerpo de mi hermano. Mi madre se empeñó en verlo y así fue como yo lo vi por primera vez”. También nos cuenta cómo siendo niña siempre preguntaba por su padre y recuerda a su madre llorándolo y añorándolo. Su madre tuvo que sacar adelante a toda la familia trabajando muchísimo. Al igual que ella y sus hermanos.
Comenzó desde muy jovencita a trabajar aprendiendo costura en un taller. Durante prácticamente toda su vida, Silvia ha trabajado en casa cosiendo por encargo. Con 18 años, conoció a su marido y se casó con él a los 21. Tuvo 3 hijos. Entre el cuidado de la casa, los hijos y la costura, el trabajo sin descanso fue su forma de vida.
Una enfermedad la mantuvo en cama durante 11 años, hasta que encontraron el tratamiento que le ayudó a mejorar. Y para colmo de males, lleva 45 años cuidando de su marido enfermo.
En la actualidad, recibe la ayuda de los Servicios Sociales y de sus hijos, que regularmente visitan al matrimonio: “Vienen del ayuntamiento y levantan a mi marido. Lo asean, le hacen la cama y se marchan. Yo ya no puedo hacer esas cosas”.
Silvia considera que la sociedad ha cambiado muchísimo desde que ella fue adolescente hasta hoy: “A mi madre siempre la tratamos de usted. Había un baile para la juventud. No nos dejaban mucho, pero asistíamos. Con las amigas salíamos a jugar a la calle también. Tener una bicicleta entonces era un lujo. Y en fiestas, después de la Bajadica del Che, nos marchábamos a casa. Lo que yo creo es que ni lo de antes, ni lo de ahora. Ni aquello, ni esto. Pero, claro, esa es mi opinión. Otros opinarán de otra manera.”
Conforme Silvia nos contaba su historia, iba enseñándonos fotos de toda su familia: hijos y nietos. Ellos son su alegría, especialmente los nietos. Se ilumina su cara al hablarnos de una nieta de 8 años que la visita a menudo.
Del testimonio tan enriquecedor y único de esta mujer, nos queda grabada una frase que nos emocionó especialmente: “Las personas, cuando llegamos a mayores, es ahora cuando más cariño necesitamos”. Procuraremos tenerla presente durante toda nuestra vida.
CURSO DE INSTAGRAM Y PASEO SEMANAL
Teresa resulta un ejemplo para muchos jóvenes que piensan que las personas mayores no tienen interés ni capacidad para las nuevas tecnologías. Ella ya tenía una cuenta de facebook, pero había oído hablar a todos sus nietos de Instagram. Así que mostró interés en aprender cómo funciona esta aplicación.
Felipa es una mujer encantadora y dicharachera que se muestra encantada de que la acompañemos a dar un paseo. Quizás deberíamos decir que es ella la que nos acompaña a nosotras, ya que está tan llena de energía, alegría y vitalidad que a veces se nos olvida quién ayuda a quién. Todo un placer haberla acompañado a hacer sus “recadicos”.
Comprendemos ahora perfectamente que Adrian Mole considerase a Bert Baxter, el anciano a quien visitaba, como parte de su familia. Es imposible no querer a estas personas mayores de quienes hay tanto que aprender y que tanto han vivido.
Quisiéramos agradecer a Silvia, Teresa y Felipa, que hayan querido compartir su tiempo con nosotras. Ha sido tremendamente enriquecedor. Nos sentimos realmente unas afortunadas por haber participado de este pequeño proyecto.
También queremos destacar la admirable labor que Asistencia Social realiza diariamente con todas estas personas que necesitan tanto del calor humano, además de toda ayuda física o material que pueda prestárseles. Nuestro proyecto ha durado alrededor de dos meses y ha sido una experiencia increíble. Pero Servicios Sociales realiza esta labor día tras día. Por esto mismo, quede reflejada, a través de estas palabras, nuestra tremenda admiración por todos ellos.
No podemos dejar de mencionar especialmente a Sergio Vázquez, que ha estado desde el primer día muy volcado no solo en ayudarnos, sino en conocernos personalmente a todos. Con él hemos aprendido que esto no es solamente un puñado buenas intenciones con las que prestamos un pequeño servicio a otro puñado de personas que lo necesitan. Sino que todos nosotros somos personas con historias y circunstancias muy concretas a las que merece la pena conocer de verdad.